sábado, 23 de junio de 2007


pRÓLOGO AL LECTOR

"... ahora voy a decir una cosa que nadie hace (yo creo sobretodo en medio de los artistas) es que cuando me casé litúrgicamente con Gala me quedé con unas ganas locas de volverme a casar. Me gustó mucho y entonces al llegar a (?), había un cura que se lavaba los pies en el mar, le dije 'me gustaría volverme a casar' y me dijo 'se puede hacer con el rito copto que es perfectamente compatible con el rito cristiano'. Entonces, ahora anuncio que yo me quiero volver a casar con mi propia mujer en los momentos en que todo el mundo se divorcia. Yo otra vez como un puerco, adelante me vuelvo a casar con Gala. Pero el cura me dijo que para nosotros no añade nada ni quita nada. Entonces una cosa que no sirve para nada y que sea sagrada eso es para Dalí."

-Reportero: Hecho a la medida, sería el sacramento lujoso, el plus ultra. Esa ceremonia no nos la vamos a perder.


-Dalí: Yo tampoco...



lECTOR AL PRÓLOGO

"...como Malbran decía, las cosas que vemos están en nuestra alma, no en las cosas, por ejemplo, si Velázquez copia una fotografía lo mejor que puede le sale un Velázquez, si un tonto copia exactamente una fotografía le sale una tontería, si Dalí copia fidelmente una fotografía le sale un Dalí. Osea que no hay que preocuparse, la personalidad es absolutamente imposible de evitar."


euGenio Salvador Dalí


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1 comentario:

Jonatan Alvarado dijo...

Amigo mío, largamente medité sobre las implicancias de este, mi primer comentario en tu blog. De más está decir que en gran medida esto se desprende de el hecho de entender plenamente lo que una verdadera rúbrica debe significar aún desde su rasgo constitutivo más simple, ya que desde el vamos nomás denota algún tipo de acuerdo con el que suscribe... Al menos una reacción, sea cual sea su peso subjetivo.
De todas estas cavilaciones he podido sacar una conclusión: escriba lo que escriba, será imposible evitar el típico comentario respetuoso y algo distante propio de aquellos que se sienten colegas en muchas cosas como es nuestro caso. Esas líneas escritas desde la plena admiración por el otro, algo egocéntricas en el sentido de ver reflejado en el otro las cualidades propias. Y dado que es fácil predecir el contenido de dichas lineas, me abstendré de desarrollarlas aquí. Agregale a lo antes expuesto lo que se desprende de la amistad misma más allá de lo meramente profesional o estético (que en este caso,oh paradoja, resulta ser lo mismo)una alta dosis de calor humano. Lo que nos hace amigos, claro está.
Mi estimado, ya lo dijo Sartre: "quien es auténtico, asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de ser lo que es". Porque pase lo que pase y más allá de todo, el hombre verdaderamente está condenado a la libertad. Reconocernos a nosotros mismos es el primer paso.
Larga vida a esta nueva usina del ser.